Seguro que hay semanas cuyos días no son felices. No lúgubres ni increíbles.
También hay días en los que no podemos decir como regularmente: "qué gran día" y dibujar una casi sonrisa en nuestros labios.
Aquel verano fue también uno de esos días. No música en el discman. No flores en los jardines. Simplemente, rodando por la vida, como esperando que algo bueno suceda.
El teléfono que no jode, el correo vacío, la mirada perdida, la espera hasta en el estómago.
Hoy es un día de aquellos. Que me siento frente a frente con la computadora, esperando que mis dedos escriban por mi, que mis ojos vean lo que no distingo, y que pueda leer algo mío, pero que yo no escribi.
Para los lectores que no leen, y para los que llegan y se van, sin decir.
Debo confesar que durante estas semanas, estuve tratando seducir a wordpress.
No pude. Al menos, no como hubiera querido.
Además por estos días, ando pensando ya no en qué escribir, sino en qué hacer, y cómo hacer, y qué falta para que la Semana de Psicología sea un éxito total.
Cuando mis dedos y mis pelos lleguen a un acuerdo, estaré de vuelta.
Un comercial!.....